Cohetes, cuerdas, tirachinas, catapultas, rocas gigantes, patines motorizados... ninguna de las artimañas del Coyote, por infalible que parezca, logra atrapar al supersónico Correcaminos. ¡Bip! ¡Bip!
La perspicacia del coyote para intentar cazar al correcaminos supera de mucho la agudeza habitaual, pero el correcaminos, siempre, casi sin querer consigue zafarse de sus artimañas.
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