En un espléndido día primaveral, Bart hace novillos y es testigo de la supuesta agresión del sobrino del alcalde Quimby a un camarero francés. El sobrino es acusado y sólo Bart puede hacer justicia, pero el problema es que confesar la verdad supondría reconocer que no asistió a clase ese día con el consiguiente castigo de Skinner.
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