Una chica descubre el cadáver de una mujer en un aparcamiento. Cuando llega la policía, la joven sufre un ataque de nervios debido a que el asesino estuvo a punto de matarla a ella también. Charlie y Pope descubren que la asesinada es la dueña de un inmueble de renta antigua y que tenía la intención de desalojar a sus inquilinos. Uno de los hombres que vivía en el piso coincide con la descripción que la joven dio a la policía de su agresor, pero el presunto asesino tiene una coartada demostrable ya que acudió a una junta de la comunidad.
Los agentes sospechan que todos los vecinos se han puesto de acuerdo para encubrirse y acabar con la propietaria. Sin embargo, están pasando por alto algún detalle y, en el mismo lugar, el verdadero asesino espera a su próxima víctima.
Ángela y Lucas se encargan del caso de un hombre asesinado por envenenamiento. La mujer del fallecido devuelve constantemente, pero ella alega que es debido a los nervios. Los policías piensan que miente y que también está intoxicada. Con el tiempo, aparecen nuevos casos de afectados que padecen los mismos síntomas y el único nexo en común entre los enfermos es un centro dietético al que acuden todos ellos.
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