Después de darse cuenta de que Tom le ha estado dejando ganar a las cartas, Lynette se enfada y no deja que la acompañe en la sesiones de quimioterapia. Más tarde, hablando con la nueva vecina, Katherine, Lynette y el resto de amigas acordan celebrar una comida en la que Bree insiste traer de postres su famosa tarta de merengue de limón. A última hora, Katherine reemplaza el pastel por uno que ha hecho ella y Bree se pone como objetivo conseguir la receta sea como sea.
Por otro lado, Julie quiere asistir desesperadamente a una fiesta, pero a Mike no le hace demasiada gracia. Al final, el fontanero logra convencer a Susan de que prohiba a su hija ir al evento.
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