Para especial gozo de Andrés, Irene, pese a la oposición de Ubaldo, acepta finalmente el trabajo en casa de los Hernández Salvatierra. Chelo, feliz y llena de vida comienza las clases en la Academia de Adelina con la complicidad de su hermana Asunción.
Por su parte, Jaime se ve obligado a aceptar su realidad familiar y empieza a hacer las paces consigo mismo. Irene va al Café del Teatro en busca de Richi y le exige que no se burle de su marido.
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