El equipo investigador de crímenes debe parar los pies a Kevin Mason, un hombre trastornado que quiere poner un explosivo masivo en el memorial de los asesinatos de dos médicos. Mason padece un grave problema psicológico y tiene ojeriza a los bomberos y a los policías, por lo que mata a tantos como puede.
Después de que el FBI le lleve buscando durante dos años sin ningún éxito, Brenda, astuta como siempre, intentará detenerlo. Tommy Delk, jefe de la oficina de Terrorismo y enemigo directo de Brenda, la ayudará en este caso, de manera que tendrán que dejar las diferencias a un lado y colaborar para sacar adelante el caso.
Comentarios