Ciertas casualidades hacen que Homer crea que se acerca el fin del mundo. Obsesionado con el tema y realizando unos descabellados cálculos, profetiza un momento exacto para el apocalipsis e intenta ganarse la entrada al cielo advirtiendo a la gente de lo que, según él, se avecina. Sin embargo, cuando llega el momento y no ocurre nada Homer pierde toda credibilidad como profeta.
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