Alan comunica a Charlie que ha cambiado su testamento y en caso de muerte de ambos su hijo pasaría a la custodia de Charlie y no de la hermana de Judith, ya que ésta le cae mal. Judith cree que Charlie es el menos adecuado para ello pero no quiere entrar en su juego.
Alan, cuando su ex se va, le confiesa a su hermano que solo lo ha dicho para picar a su ex y que realmente la custodia iría a parar a unos familiares lejanos. Charlie no comprende como su hermano no confía en él.
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