Nieves y Lola siguen apresadas en el centro policial y su futuro no es muy alentador, ya que Pereira amenaza con activar la rabia a aquella que no colabore con la policía entregando al resto de fugados. Además, Santa, irreconocible, no siente ninguna empatía por el destino de las contaminadas.
Por otro lado, en el refugio, el inminente parto de Belén apremia a todos los fugados. Entretanto, Crespo consigue avisar a Dani de la presencia de Rubio antes de que le descubran, y juntos tendrán que decidir si huir sin ser vistos, o tratar de evitar que Silvia y el resto del grupo sean apresados.
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