La afición de Homer por llevarse a la boca cualquier tipo de comida le supone un problema. El patriarca de la familia Simpson comete un error al intentar apoderarse de una golosina que se encuentra pegada en el trasero de una canguro. Extiende su mano para alcanzar el dulce y la canguro malinterpreta este gesto como acoso sexual.
Poco después, la canguro feminista denunciara a Homer de haberle acosado sexualmente y los medios de comunicación se harán eco del asunto. La integridad de Homer quedará en entredicho por una golosina.
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