Ni en la escuela ni en casa, pueden con la actitud de Bart. Agotados, deciden administrarle una medicina experimental para corregir su comportamiento. Bart se transforma en un hijo ejemplar hasta que un día, los efectos secundarios del medicamento le convierten en un paranoico. Huye de casa y se dirige a una base militar con la intención de robar un tanque.
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