Homer se gana la antipatía de los restauradores locales trabajando como crítico de cocina...
Un periódico local ofrece trabajo a Homer como crítico de cocina. Dado que sus aptitudes para escritura son más bien nulas, decide pedir ayuda a Lisa y pronto consigue el respeto de los lectores redactando reseñas favorables a todos los restaurantes que visita.
Sin embargo, un buen día Homer decide seguir el consejo de otros críticos de cocina y empieza a escribir malas críticas de todos los restaurantes. A Lisa no le parece nada bien el nuevo estilo de su padre y deja de colaborar con él. Los restauradores locales cada vez sienten más animadversión hacia Homer, hasta el punto que planean matarlo con un manjar increíblemente rico en grasas.
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