En la Francia del siglo XVII, el rey Luis XIV, temeroso de la amenaza que su hermano gemelo supone para su reinado, lo sentencia a un terrible destino: quedar encerrado para siempre tras una máscara de hierro. Esta es la sorprendente historia que sigue intrigando y fascinando tanto a los historiadores como al público en general. ¿Pero hay algo de cierto en ella?
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