Una experiencia que pone a Mac Taylor al borde de la muerte hace al jefe de forenses que se plantee que quizás es hora de poner fin a su carrera. El hombre se dispone a resolver un último caso que lleva nueve años abierto: el atraco a una tienda de alimentación que se saldó con varias muertes.
Hawkes vuelve a examinar las pruebas de ADN encontradas en el lugar y descubre que una joven, cuya desaparición fue denunciada la noche del atraco, fue testigo de los asesinatos y pudo ser secuestrada por los delincuentes. El equipo entonces se centra en buscar a la joven para dar con ellos.
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