Un periodista autónomo fallece envenenado y el equipo de CSI se pone manos a la obra para descubrir si su muerte está relacionada con la investigación que el reportero estaba realizando sobre el concejal de Miami Randall Stafford.
Cuando el ADN de Stafford aparece en el apartamento del periodista, los abogados del político, Darren Vogel y Gabrielle Wade, despliegan todo su arsenal para eliminar las pruebas incriminatorias.
Pronto la investigación girará para apuntar hacia Vogel, el verdadero objetivo del periodista.
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