El cuerpo de una mujer latina aparece dentro de un kiosko de Las Vegas. Cuando el equipo encuentra una serpiente originaria de México en el pecho de la chica, todo apunta a un ajuste de cuentas entre bandas callejeras. Pero cuando investigan en su apartamento, descubren que Verónica Juárez, alias Carla, llevaba una doble vida: era una universitaria ejemplar durante la semana y una groupie asidua de un bar llamado 'Extremo', un local donde se concentran miembros de una banda callejera.
Nick acude al bar y asiste a la actuación del grupo preferido de la víctima. El mensaje de la canción es muy inquietante: 'La chica era una mentirosa: no era quien decía que era. Ella me robó el corazón y yo le robé su vida. Hice que la serpiente se comiera a la serpiente'.
En el transcurso de las investigaciones, Nick revisa con más detenimiento el papel de periódico en el que estaba envuelta la cabeza de la chica y descubre que era una periodista infiltrada en la banda que estaba investigado sobre las letras de las canciones conocidas como narcocorridos: canciones populares sobre el tráfico de drogas, dinero y asesinatos con letras que incorporan detalles de crímenes recientes.
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