Un hombre aparece muerto en su propia casa. Crews y Reese se encargan del caso y deciden entrevistar a los vecinos, que parecen tener ideas radicalmente diferentes entre sí sobre el asesinato. La investigación llega a un punto muerto cuando un indigente es detenido a pesar de que jura que es inocente.
Por otra parte, Constante Griffiths, la abogada de Crews, decide plantearle a su cliente la conveniencia de clarificar los sentimientos que tienen el uno por el otro.
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