Una jugadora de rugby aparece muerta en el 'jacuzzi' del vestuario de su equipo. El equipo de Mac encuentra una jeringuilla con restos de una sustancia que utilizan los dentistas para anestesiar a sus pacientes y algunos deportistas para aumentar su rendimiento.
Los forenses sospechan del entrenador, puesto que tiene antecedentes por suministrar esteroides de manera ilegal, pero cuando interrogan al ex prometido de la víctima, cambian de idea. Al parecer, la chica era una habitual de unas fiestas clandestinas en las que un doctor practicaba la cirugía estética a las asistentes.
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