Los detectives Carry y Al se verán inmersos en un doble caso. En un principio investigarán a muerte de dos contratistas de seguridad privada, que fueron asesinados en un tiroteo. Mientras buscan a los culpables de este crimen, su jefe les encomienda una nueva misión: proteger a una testigo estrella de un juicio.
La testigo es Rosie Webb, quién tiene que declarar en el caso que tiene a su jefe, Barry Madden, como principal acusado de un delito de malversación de fondos. Los US Marshalls les piden a Carry y Al que viajen con el testigo a Miami, donde se celebrará el juicio.
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