Para hacerles pagar por su broma, Arinov exige un tributo adicional de 200.000€ a los Rubens y Adriana cada semana. Inspirados por la costosa carta de vinos del restaurante, Jeff y Angèle organizan un tráfico de vinos finos, cuyos sabores Adriana les ayuda a replicar. Pero justo cuando su plan está a punto de dar sus frutos, una nueva petición del mafioso ruso les obliga a hundirse aún más en el crimen.
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